Que no se confíen las vascas. Nosotros no sabemos cómo será el resultado. Pero lo mejor de todo, es que ellas tampoco. Vendrán con la mosca detrás de la oreja por si se encuentran con el Arxil del fin de semana pasado, o con el Arxil del partido de vuelta en Lugo…
Tenemos que aprovechar lo que otros equipos no tienen: la defensa y lo imprescindible que es cada una. Otros equipos pueden prescindir de una o incluso varias jugadoras. El Club Baloncesto Arxil no. Como digo siempre, ellas son la definición perfecta de equipo en todas sus facetas.
Tenemos a Fallon Lewis. Una tía que vino de fuera pero enseguida comprendió nuestro funcionamiento. Se tira por los balones al suelo al «estilo Arxil» que es una pasada. Y cuando tuerce el pie izquierdo hacia dentro, las rivales están perdidas porque significa que hará un tiro de esos que llevan su sello y que siempre se cuelan limpios por el medio de la red.
Tenemos a Carla Fernández. Pequeña, sí. Pero lo de matona se le queda corto. Defiende como si le fuera la vida en ello y cuando menos lo esperas (o cuando más lo necesitas) se marca una entrada de esas de un sólo paso, o un tiro de 2 de los suyos, que te deja con la boca abierta.
Tenemos a Ana Martín. Una máquina desde la línea de 3, que es una pasada dando pases picados espectaculares por los espacios más pequeños e imposibles por los que pueda pasar un balón.
Después está Ana Román. Una pieza más que clave en el equipo. Ella sola es capaz de dirigirlo a la hora de defender. Una tía que debería jugar los 40 minutos porque nunca te cansas de verla. Es muy raro que Ana falle. Y cuando tiene el balón en la mano, esté haciendo lo que esté haciendo, sabes que ese balón está seguro.
Luego tenemos a María Lago. Que es una cosa fuera de lo normal robando balones. Creo que es una de las que más disfruta en la pista porque vale para cualquier posición. Tanto se marca un triple, como una entrada por el medio de tres, como de repente ya te aparece en la otra punta defendiendo.
Sandra, siento debilidad por ella. Seguramente también por compartir tantos años en la pista con ella pero en realidad porque es LA BASE. Junto con Carla, no hay otra igual. Es verla defendiendo y sentir tu misma el cansancio de sus piernas. No se le acaba la pila. Y aparte de todo eso, se atreve a entrar por lugares imposibles para marcar esas canastas de 2 por el centro que siempre acaban dentro. Organizando el ataque es excepcional.
Diarra. Pocas veces podemos ver una pívot de esa altura bajando el culo de verdad o corriendo de un lado de la pista al otro con el balón en las manos. Debajo del aro no tiene rival (giros increíbles y rápidos) y es muy hábil cogiendo rebotes.
María Centeno. Un mundo aparte. Yo creo (no la conozco personalmente) que ya su propia personalidad es un mundo aparte, especial. Y esa personalidad la lleva a la pista por eso su forma de jugar es única. Tiros en suspensión propios de una estrella de la NBA. Rápida e impredecible. Nunca sabes lo que va a hacer. La ves en un lado de la pista y sin que te puedas dar cuenta de cómo, ya está en el otro lado. Y ya no digo nada de cuando va a haber un rebote y aparece Centeno por el aire por debajo del aro. Y aún estando en el aire, lo coge y lo pasa. Es que es un mundo aparte, lo repito.
Y por último están Aldara, Fani, Jara y Diaz-pache, que quizás no las vi jugar tantos minutos como me gustaría pero caray… cuando les toca, salen bien armadas y no bajan la guardia en ningún momento. Da bastante seguridad verlas ahí. Porque cuando se las necesita, responden de la mejor manera.
Pero un equipo no sólo lo forman las jugadoras. Maite, San, Marita, Lino… cualquiera de los que están allí sentados, no podría haber nadie mejor para ese sitio. Entonces, si sumamos todo lo que acabo de decir y lo ponemos a su rendimiento máximo… las vascas vuelven pa Vizcaya en avión.
Así que a rendir al máximo y a aprovechar las cualidades de cada una para colaborar en equipo y conseguir lo que ES DIFICIL, pero NO IMPOSIBLE.
Lorena Abreu
POR LORENA ABREU, UNA EXJUGADORA Y AFICIONADA A LOS PARTIDOS DEL C.B. ARXIL