Bajo la frase «El viaje comienza aquí» que destacaba en la pared del restaurante A Parrillada, Arancha Mallou se despedía del Arxil con más lágrimas que sonrisas. La alegría de empezar una nueva etapa en la que se dedicará a preparar el mir para poder ser traumatóloga no ocultaba la pena que supone dejar atrás un equipo que lleva en el corazón. «Han sido años imprescindibles e inolvidables, las palabras de Maite la engrandecen a ella y al club al pensar así sobre el futuro laboral de sus jugadoras», comentaba Mallou después de que la entrenadora del equipo, Maite Méndez, reconociese que «es un paso complicado para nosotros, vamos a prescindir de una jugadora buena como base y como escolta, es alguien difícil de conseguir. No solo es la generosidad y la presencia en la pista, sino la colaboración en el juego, nos relacionamos alrededor de ella».
Ninguna de las dos pudo contener la emoción en la tarde de ayer. Mallou lleva dos temporadas y media en el club verde y en este tiempo se ha convertido en un referente dentro y fuera del vestuario. «Agradezco a todos estos años, a los que dan forma al club, a los que se ven y a los que no se ven, a los que nos ayudan en cada partido, pero también a mis compañeras, que las llevo en el corazón y sé que nos volveremos a ver. No me planteo un adiós al baloncesto», explicaba Arancha, que en breve se mudará a Oviedo para comenzar el mir. Tras estos meses de dedicación exclusiva a los estudios, la jugadora espera poder comenzar la especialidad en Traumatología. Para rebajar la tensión del momento, Méndez recordaba a Mallou que cuando acabe tendrá las puertas del Arxil abiertas, «estaremos preguntando cómo le va continuamente, nos va a seguir todas las semanas. Esto es ley de vida y nosotros la apoyamos».
La entrenadora reconocía que «Arancha empieza un nuevo viaje y espero que sea de regreso porque ha sido un enorme placer haber contado con ella como persona y como jugadora, este capítulo no se cierra, solo queda en stand by».
Fuente: La Voz de Galicia