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Cristina Diaz-Pache Blas está en su cuarta temporada en el Club Baloncesto Arxil, y juega tanto en el equipo de LF2 como en el de primera división senior. Natural de Ferrol y formada en la cantera del Universitario de Ferrol, sus estudios de fisioterapia le trajeron a Pontevedra y en estos cuatro temporadas ha conseguido ganarse el cariño de la afición y del club.

Cristina juega en la posición de ala-pívot; destaca por su intensidad defensiva, es capaz de defender a jugadoras más grandes que ella; en ataque es una jugadora que genera espacio para buscar unos contra uno. Tiene un buen tiro y, con sus 22 años, todo un camino por recorrer.

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¿Con qué edad empezaste a jugar al baloncesto y en qué club?

Empecé a jugar a baloncesto a los 6 años en el equipo de mi colegio, el Tirso de Molina de Ferrol. A los 12 me cambié al Universitario de Ferrol y a los 18 llegué aquí, al Arxil.

 

¿Quién te ha enseñado más en el baloncesto?

No podría decir a una única persona, cada entrenador que he tenido me ha enseñado diferentes cosas según la categoría en la que estuviera en ese momento. Además he compartido vestuario con muchas jugadoras, y de la mayoría de ellas también he aprendido.

 

¿Cuál ha sido el mejor momento en tu vida deportiva? ¿Y el peor?

El baloncesto me ha dado tantos buenos momentos que me parece imposible escoger tan solo uno. Los que recuerdo con más cariño son una fase final gallega en infantil, mi debut con el equipo de Liga Femenina 2 en Ferrol y las dos fases de ascenso que he jugado con el Arxil Mafari.

De los peores momentos que he vivido con este deporte, quizás haya sido el año pasado con las dos lesiones que tuve, sobre todo la del tobillo, que me apartaron de las pistas durante un tiempo.

 

Háblanos de qué es ser jugadora de LF2 para ti.

En el día a día no me suelo dar cuenta de la liga en la que estoy compitiendo, pero es verdad que a veces me paro a pensar en donde estoy y me parece increíble. Yo crecí en Ferrol viendo al equipo de LF2 y para mí esas jugadoras eran las mejores. Además, mi hermana mayor fue poco a poco ganándose un puesto en ese equipo, yo la veia a ella, me parecía muy difícil lo que había conseguido y pensaba: «Algún día yo también quiero estar ahí». En Ferrol ya tuve la oportunidad de entrenar y debutar en esta categoría en mi etapa junior, y después he tenido la suerte de llegar a un club en el cual puedo formar parte de un equipo de este nivel.

 

¿Cómo pasáis el tiempo en los viajes?

Depende de cómo sea de largo el trayecto, pero hay tiempo para muchas cosas, dormimos, vemos alguna película, charlamos, y de vez en cuando a alguna nos toca estudiar también.

 

¿Qué objetivos te marcas a nivel individual y colectivo para esta temporada?

A nivel individual justo en este momento lo que quiero es recuperarme cuanto antes de la lesión de tobillo que he sufrido, y conseguir el máximo nivel para poder ayudar al equipo todo lo que pueda.

A nivel colectivo sí que creo que tenemos mejor plantilla que el año pasado y que podemos optar a tener una buena clasificación al final de la liga. Pero a mi me gusta más pensar a corto plazo e ir partido a partido, peleando cada fin de semana por la victoria.

 

¿Qué es para ti el Club Baloncesto Arxil?

Es probable que ya lo hayan dicho mis compañeras, pero es así, el Arxil es una familia. Cuando llegué a Pontevedra hace cuatro años para estudiar, estaba lejos de mi familia y el club era mi familia en esta ciudad, cuando tenía algún problema o estaba enferma acudía a ellos, que me ayudaban sin problema. Y tanto las entrenadoras como las compañeras me acogieron estupendamente desde el principio, haciéndome sentir como en casa.

 

Un consejo o una frase que te haya dicho algún entrenador y la recuerdes a menudo.

Es una frase de Zeljko Obradovic que me dijo una vez un entrenador: «Cada vez que te corrijo es porque me interesas como jugador. Si un día dejo de corregirte, habrás dejado de interesarme»

 

Para acabar, ¿qué le dirías a los aficionados para que se desplacen a Vilagarcía este sábado para estar apoyando al equipo?

Les diría que su apoyo es muy importante para nosotras. En muchos partidos de Pontevedra ellos nos han ayudado a ganarlos gritando, dándonos ánimos, tanto que alguna vez parecía que se caía el pabellón. Y que se desplacen a Vilagarcía por nosotras nos va a motivar más y nos va a hacer sentir como en casa en una pista difícil como es esa.

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