¿Con qué edad empezaste a jugar al baloncesto y en qué club?
Empecé a jugar cuando estaba en 3º de EGB, con 9 años, en el equipo del colegio Compañía de María.
¿Quién te ha enseñado más en el baloncesto?
La verdad que siempre aprendes un poco de todos, tanto de entrenadores como de jugadoras, pero sin duda con lo que más se aprende es con el propio juego.
¿Cuál ha sido el mejor momento en tu vida deportiva? ¿Y el peor?
Me quedaría con dos momentos. El primero cuando era junior de segundo año, jugaba en el Celta con Andrea Carrera, Ana Román y Marta Cobián y ganamos el campeonato gallego en el Estadio de la Juventud contra el Arxil, en el que jugaba Gloria Noriega, con la que después compartí vestuario, fue el final perfecto para un grupo de grandes amigas. El segundo fue el año que nos clasificamos para la fase de ascenso a Liga Femenina ganando a Valladolid con un triple que metí desde el medio del campo, nos pusimos a saltar como locas.
El peor sin duda las lesiones, que por suerte no han sido muchas, pero es duro ver a la gente entrenar y competir y no poder hacerlo.
¿Cómo pasáis el tiempo en los viajes?
Pues la mayoría hibernan, se suben al bus y a dormir, y no las vuelves a ver hasta la hora de comer o de jugar. Por desgracia a mi no me pasa lo mismo, así que siempre «engaño» a alguna para ir de charla y ver alguna película. ¡Pero la siesta no la perdono! Jajajaja.
¿Qué objetivos te marcas a nivel individual y colectivo para esta temporada?
El objetivo es ayudar al equipo a estar lo más alto posible en la clasificación.
¿Qué es para ti el Club Baloncesto Arxil?
El Arxil es una familia de la que llevo formando parte muchos años, conocen tus problemas y tus alegrías, te ayudan con todo lo que pueden, y las niñas del club y sus padres siempre tienen una sonrisa para tí. Así da gusto ir a entrenar cada día.
Un consejo o una frase que te haya dicho algún entrenador y la recuerdes a menudo.
Cuando empecé a jugar al baloncesto en el colegio mi entrenadora fue Marisol Paíno, y nunca olvidaré la frase que utilizaba para exigirnos más esfuerzo: «Mi abuelita lo hace más rápido que tú». Ahora lo pienso y me río, pero cuando me lo decía me asustaba, jajajaja!
Qué le dirías a los aficionados para que vengan al CGTD a veros.
Sinceramente no hace falta decirles nada, porque siempre que jugamos en el Estadio las gradas están llenas, y en los momentos difíciles es impresionante sentir cómo te animan, ¡es una sensación maravillosa!