Tras leer el comunicado publicado por el CB Estudiantes Pontevedra en sus redes sociales y al ser mencionado en un medio de prensa local como parte de la crónica del encuentro casi en su totalidad, desde la Junta Directiva del Club Baloncesto Arxil nos vemos en la obligación de realizar este único y último comunicado sobre este asunto, dejando actuar al Comité de Competición, en el que vamos a exponer nuestra versión de lo ocurrido con el encuentro de Liga Gallega Junior que enfrentaba a ambos equipos, ya que toda historia siempre tiene al menos dos versiones y para poder juzgar deben conocerse todas.
Para empezar queremos aclarar que ambos clubes aceptan la inscripción del equipo en esa liga de forma voluntaria, tras conseguir sendos ascensos y aceptando la normativa de las bases de competición establecidas para esta Liga por la FEDERACIÓN GALLEGA DE BALONCESTO. Una de las condiciones es contar con un equipo cadete femenino, bien del propio club o de forma vinculada, para así completar con esas jugadoras el equipo superior y que no se den continuos casos de aplazamientos por bajas o lesiones. Eso implica que las jugadoras cadetes que apoyen al equipo junior deberán pagar una parte del seguro deportivo, ya que el suyo lo cubre de forma gratuita Deporte Escolar a través del Xogade y en categoría superior no. Condición que refleja claramente las bases de competición de la 1ª División Junior Femenina, publicadas antes del período de inscripción en la liga, y que se aceptan una vez inscrito el equipo.
Una vez realizado el sorteo y conociendo la fecha de la primera jornada, que enfrentaba a ambos clubes, recibimos una solitud de aplazamiento por parte de una entrenadora del equipo rival. Nos propone jugarlo el último fin de semana de diciembre, cosa que desde el Arxil no podemos aceptar ya que es periodo vacacional y muchas jugadoras se desplazan fuera de la ciudad para celebrar las Navidades con su familia. La otra opción que nos da es jugarlo un día de semana, propuesta que tampoco podemos aceptar ya que disponemos de las horas justas para los entrenamientos de los múltiples equipos de club y no podemos prescindir de al menos dos horas y media para celebrar el encuentro, lo que supondría suspender los entrenamientos de otros equipos.
El jueves se recibe comunicación del Comité de Competición, al que acude el club estudiantil presentando informes médicos de las jugadoras y solicitando el aplazamiento del encuentro. Dicho Comité falla estimando “que non se debe proceder á suspensión do encontro…” ya que disponen de un equipo cadete que puede aportar jugadoras, como así lo obligan las bases de competición de dicha liga, por lo que el encuentro se debe celebrar en fecha y hora establecida.
Llegado el momento, el equipo rival se presenta en la pista con 5 jugadoras uniformadas, que son las que anotan en el acta. El resto de jugadoras junior y cadete que podrían disputar el encuentro si su estado de salud se lo permitiera, se dirigen a la grada sin el uniforme de juego, y no son inscritas en acta. Sin realizar el calentamiento previo, las cinco jugadoras estudiantiles se presentan en la pista para el salto inicial, saltando las dos jugadoras implicadas en el lanzamiento del balón y sin realizar oposición ninguna anotamos la primera y única canasta del encuentro. A continuación se dirigen al árbitro principal alegando que no pueden continuar jugando por lesión por lo que el encuentro se suspende con el resultado que refleja el marcador, 2-0 a favor del Arxil.
No entramos en valoraciones. Mediante esta “estrategia” no podemos jugar a adivinar que se pretende. El Comité de Competición entra de oficio al haber informe arbitral y tomará sus decisiones, y cada Club seremos responsables de nuestros actos, como en cualquier faceta de la vida, sean de tipo administrativo, deportivo, personal o emocional. Todas estas facetas forman parte de la educación que recibimos y damos.