La temporada comenzó con muchos problemas y aunque se logró enderezar con dos victorias ante rivales directos en invierno que aseguraron la permanencia, finalizó con un sabor de boca agridulce y una pandemia que surge como excusa para cambiar el baloncesto femenino. Mayte Méndez analiza el pasado curso y todos los movimientos por venir
ACUMULA más de tres décadas vinculada al Arxil, pero este ha sido uno de los años más difíciles. Mayte Méndez (Pontevedra, 1961) hace balance de una temporada compleja y analiza los posibles cambios importantes de futuro.
Dejan atrás una temporada muy dura.
Sí, fue muy dura. Nosotros, por cuestiones económicas, siempre salimos con una plantilla muy corta. La lesión de Natalia nos condicionó muchísimo desde el principio. Luego Linnea, uno de los fichajes, no cumplió las expectativas que teníamos. Trabajó mucho, pero no nos aportó esa diferencia. No fue ese revulsivo. A todo eso se les unieron los problemas físicos y de cansancio de algunas jugadoras importantes (Carla, Lago, Forster…) por la carga de minutos. En ese sentido, es verdad que Aldara, Noa o Violeta no tuvieron muchas oportunidades por mi parte. Se nos mezclaron un montón de circunstancias con las que no contábamos.
¿Cuánto se da cuenta Mayte de que la cosa no funciona?
A nivel defensivo no hemos estado mal. Somos uno de los equipos que menos puntos encajó en la liga. Lo que nos faltó fue anotación. Por la línea de tres entendimos que íbamos a estar mejor y a medida que avanzaban las jornadas nos dimos cuenta de que no era así. Nos costaba mucho generar ese tiro de tres y donde esperábamos romper un poco con la aportación de Linnea y de las otras exteriores no se consiguió. La baja anotación, las pérdidas de balón y la falta de rebote nos lastró. Creo que eso último ha sido importantísimo. Al ser un equipo al que le gusta correr la transición y jugar en llegada, necesitas ese rebote para poder salir. No encajábamos muchos puntos, pero no conseguíamos rebotes.
¿Hubo un incremento de nivel de la liga que no pudieron alcanzar?
Creo que sí. Hubo más jugadoras que bajaron de la máxima categoría. Y otras jóvenes con ganas de progresar. Los equipos estaban bien trabajados y tenían recursos. Entiendo que sí que ha subido el nivel y nosotras no pudimos estar ahí. Era imposible. Logramos incrementar el número de posesiones, que era uno de nuestros objetivos, pero nos costaba sumar puntos. Por esa profundidad de plantilla, porque a Forster le costó adaptarse a la liga… Lo que está claro es que para poder jugar a un nivel, hay que tenerlo en los entrenamientos. Eso es difícil. Aunque mayoritariamente en las sesiones éramos diez: tenemos que dar un salto de calidad entrenando.
¿Hubo algún momento en el que temieron por el descenso de verdad?
Uf… tuvimos que dar un tirón porque la cosa se puso muy fea. Hicimos un esfuerzo inmenso entre finales de enero y mediados de febrero para intentar hacer una serie de victorias que nos consolidaran con cierto margen sobre el penúltimo y el último. Y eso se consiguió. Fue un momento muy especial en la liga, porque los objetivos que nos planteamos de ganar determinados partidos se consiguieron. Igual eso dejó entrever que podíamos haber hecho algo más. Pues sí y no. Fue complicado, porque los minutos de juego se acumularon en muchas jugadoras y era complejo competir con otro equipo en pista.
O sea, eran conscientes de que era un año de guerra, de salvarse con lo justo.
Quizá el planteamiento inicial no era ese. Todos teníamos aspiraciones de hacer mucho más. Pero cuando fuiste viendo las plantillas que se habían configurado, las dinámicas de los equipos… Fue duro saber que ibas a jugar contra Movistar, por ejemplo, con el objetivo de perder de menos de 50 puntos. Luego eso no pasó en la competición, porque precisamente contra algunos de los mejores equipos hicimos buenos partidos. Pero también coincidió que teníamos diez jugadoras disponibles, por ejemplo. Ese hándicap tenemos que intentar superarlo el próximo año.
¿Por qué?
Porque la cosa se va a poner bastante dura. Va a haber cambios. Y a lo mejor nuestro objetivo no es solo permanecer en esta competición, sino dar un paso más.
Entonces, ¿le viene bien al Arxil que se valore la posibilidad de confeccionar tres grupos el próximo curso?
Como club, las gestiones con la Federación Española no están siendo fáciles. Yo estoy viendo un retroceso en el baloncesto con todo lo que se está decidiendo: creo que la liga va a perder mucho nivel e interés, pero es con el claro objetivo de crear la famosa liga intermedia (una nueva segunda) que la Federación lleva persiguiendo desde hace años. Es algo que me han comentado varios equipos y a mí me da esa impresión: se trata de descafeinar un poco esta liga para crear otra semiprofesional superior y que los que quieran estar ahí, peleen por ello.
En esa situación, ¿dónde está el Arxil? ¿Tiene que dar un paso adelante o le quedaría grande una segunda división más fuerte?
Pienso que no le quedaría grande, que ese paso adelante hay que darlo. Para mí, el año que viene el objetivo tiene que ser estar entre las mejores. Porque si esta liga va a quedar como una Primera Nacional… Imagínate cómo va a quedar el resto. Se hace con la idea de potenciar el número de licencias y demás, pero conforme se vaya bajando, las categorías van a estar más devaluadas. No tenemos jugadoras en España para ocupar todas esas plazas, por mucho que los clubes trabajen las canteras. Se quiere equiparar con el masculino y, a pesar de que el despegue del baloncesto femenino es incuestionable, creo que no hay para albergar todos esos equipos.
«El precio de la jugadora nacional subirá. Hay problemas para traer extranjeras»
¿Qué planes tienen en cuanto a confección de la plantilla?
Todos estamos muy condicionados por la Covid. Parece que solo va a haber espacio para una extracomunitaria, pero incluso habrá problemas para traer comunitarias por el coronavirus (por las aduanas, posibles brotes…). La gente está acojonada y con razón. Queremos mantener al núcleo duro de la plantilla, que sigan Forster y Natalia e incorporar a alguna jugadora de la base. Tendremos que hacer algún fichaje. Pero con todo esto, el precio de la jugadora nacional está subiendo.
¿Y la base? ¿Cuándo podrán volver a entrenar?
Queremos iniciar ya algún contacto con las niñas manteniendo las normas. Pero es difícil: socialmente, a nivel de instalaciones… Tendremos que incluir rutinas de higiene que son complejas. Queda mucho por estudiar y hacer.
FUENTE: Diario de Pontevedra