Diario de Pontevedra (Pontevedra)

PONTEVEDRA. El Arxil es una caja de sorpresas, capaz de lo peor y de lo mejor. Ayer tocó lo segundo. El conjunto verde rayó la perfección defensiva durante tres cuartos para secar al Celta y llevarse el derbi. El dominio en el rebote durante una gran parte del encuentro, sobre todo en la primera mitad, y el acierto anotador en la fase de despegue en el marcador, en el segundo cuarto, catapultaron al cuadro de Mayte Méndez a una merecida victoria.

El choque, que amenazaba con convertirse en un intercambio de golpes ofensivos tras un inicio fulgurante en ambas canastas, se detuvo a los cinco minutos, cuando el tanteador reflejaba un 11-9 consecuencia de un elevado ritmo y un notable acierto de ambas escuadras, tanto en el tiro como en las penetraciones y en las posiciones cercanas al aro.

Pero entonces comenzó a verse la excelente defensa del quinteto verde. La zona propuesta por Mayte Méndez obligó a las viguesas a moverse por posiciones lejanas a canasta y realizar lanzamientos exteriores. Y en esa faceta su acierto fue entre escaso y nulo: 1/22 en tiros desde 6,75, un bagaje demasiado pobre para un aspirante a ocupar las primeras posiciones.

El Arxil defendía, controlaba el rebote en su canasta, corría y, como regalo, obtenía también réditos en los rechaces en la canasta contraria. El Celta no tenía a nadie capaz de detener a Tajay Asmehade, que se hizo inmensa en ambos lados del campo.

En esas circunstancias, el cuadro celeste se vio desbordado, sin ideas, sin acierto. Acabó el primer cuarto perdiendo 16-10, pero su sequía se prolongó después de la primera interrupción. La zona estaba tapiada por la extraordinaria defensa arxilista, plena de concentración, intensidad y desgaste físico. El cuadro de Mayte Méndez intentaba conceder los lanzamientos exteriores a las jugadoras menos peligrosas de su rival, reboteaba y corría. Y para dar la puntilla encontraba la puntería en los tiros exteriores de las aleros verdes. El parcial de 18-6 dejaba sin respuesta al equipo visitante, superado en todas las facetas.

Era imposible que el Arxil mantuviese aquel ritmo. Y no lo mantuvo. Su ataque comenzó a atascarse después del descanso. Entre el gran esfuerzo en la retaguardia, los problemas de faltas y las complicaciones de la presión a toda cancha de las viguesas en los saques de fondo, el conjunto de la ciudad del Lérez fue perdiendo frescura y capacidad anotadora.

Sequía

Tajay no aparecía con la frecuencia que requerían sus compañeras, pero el Celta continuó con su sequía y llegó al período final con 28 puntos en su haber y sin apenas posibilidades de llevarse el encuentro.

Un conato de remontada dio emoción al encuentro. El cansancio y las faltas complicaron la existencia al bloque verde. Pero entonces resurgió su pívot, que se jugó cuatro ataques seguidos y recogió un rebote ofensivo en un quinto para sellar el triunfo local y permitir a su equipo protagonizar la sorpresa de la jornada.

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María Lago lanzando a canasta en el partido de ayer, en el que rozó la perfección. Javier Cervera-Mercadillo

 

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